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martes, 8 de octubre de 2013

España, Ignorante y Feliz

"Sólo uno de cada 3 españoles sabe leer un texto largo o valorar ofertas":
Hoy me he levantado tranquilo, contento... y al mirar la prensa diaria me he encontrado con este artículo.
La verdad es que es leerlo y a uno se le enciende la sangre por las cosas que se dicen, las preguntas que se plantean y las respuestas que se dan, lo que me lleva a la conclusión de que, esta vez, hoy, ahora, no voy a quedarme callado y menos en mi blog, ante tanta estupidez.
Según el último informe PIAAC de la OCDE, el llamado informe PISA para adultos, los españoles somos los últimos en comprensión matemática y penúltimos en comprensión lectora. Menos de un 27,5 de los españoles pueden leer y comprender un texto largo... pero eh! los resultados no son tan malos, dice una de sus autoras, porque Francia no tuvo dictadura y sólo nos sacan 10 puntos que es una distancia insignificante :-P y la igualdad de género es total (somos todos igual de cazurros y cazurras, albricias!)...
¿Es que nadie le explicó a esta buena mujer eso de "mal de muchos, consuelo de tontos"? Especialmente cuando esos tontos, y esos muchos son todos los que te rodean.
Y ¡eh! hemos ido mejjorando desde el 75 (que si ahora estammos en último y penúltimo lugar, ¿cómo sería entonces?) y todo el mundo tiene derecho a ir a la universidad, aunque los estudiantes de bachillerato o FP de Japón, Holanda o Australia tengan mejores capacidades de comprensión lectora que nuestros titulados universitarios. :-P
Otra conclusión brillante del informe es que, si bien estamos en un nivel penoso, ahora estamos mejor que estábamos, ya que los jóvenes van obteniendo calificaciones mejores en relación al resto de los países evaluados.
Ahora bien, yo me pregunto: si yo me encuentro hoy chavales que no saben resolver una ecuación de segundo grado a los 16 años, que me confunden el "a ver" y el "haber", periodistas en medios de gran calado que me usan aquello de "habían muchas personas", renombrados autores de bibliografía jurídica incapaces de poner un solo punto y aparte en una página entera del manual...
¿De verdad significa ésto que nuestro nivel en España está subiendo, o será que el del resto del mundo está bajando?
Porque, siendo justos, está claro que la sociedad de nuestros abuelos tuvo muchas menos oportunidades, sufrieron guerras, dictaduras y penurias, cuando suficiente problema era tener para comer. Pero yo a mis padres y su generación raramente les pillé un error de ortografía, más bien me lo pillaban ellos a mí y miren ahora en cualquier foro de internet cómo está el percal.
No se preocupen, que nuestras universidades no se libran. Yo que decidí ir a una universidad pública, en mi cándida idea de que lo público era lo ético, lo equitativo para todos, donde mis conocimientos serían evaluados con justicia, ¡a cursar estudios conjuntos en dos titulaciones!
"Serán ustedes la élite de nuestro país en unos años", nos decía alguno de nuestros profesores, en la clase de unos 20 alumnos (que ya un buen montón habían quedado por el camino) en nuestro segundo año de carrera.
No recuerdo sin cariño a aquel profesor, ni sin desprecio absoluto a aquellos profesores de economía que ante un gráfico de curvas que ellos mismos acababan de dibujar sobre la pizarra del aula, eran incapaces de decir si el punto de equilibrio se desplazaba a la izquierda o a la derecha, arriba o abajo.
Otros por su parte, no supieron decir qué era una línea recta que no era ni vertical ni horizontal. Se ve que nadie les explicó qué es una diagonal... aunque lo justificaremos con que eran de derecho. Y hubo también alguna que escribió "baca" en la pizarra, en referencia al animal... ésta era de economía.
O a aquel profesor de derecho administrativo, defensor a ultranza de la educación pública en el aula, cuyos hijos iban, Dios nos valga, a colegios privados, por supuesto.
Y aquí nos tienen, con el resultado estadístico en mano, sirva el consuelo de que la generalización no es siempre válida, clavo ardiendo al que nos agarramos, que estudiantes que aún no han iniciado sus estudios superiores en Japón o Australia ya tienen mayor comprensión matemática y lectora que nosotros.
Debo ser justo y admitir, que tuve también profesores excelentes y capaces (aunque éso sea lo que se espera de un profesor a priori), que no fueron los que me pusieron las cosas fáciles en la mayoría de ocasiones, pero que me generaron la necesidad de esforzarme por algo.
Sin embargo, en nuestros institutos los estudiantes pasan y pasan de curso, da igual si suspenden o no, porque lo importante es quitárselos de encima. "Circulen, circulen". ¿Para qué esforzarse entonces?
Las leyes de educación cambian cada cuatro, ocho o doce años, con lo que ninguna llega a asentarse y la justificación para tales cambios son asignaturas como la religión, la ética, la educación para la ciudadanía... o las clases en inglés, español o catalán (como ejemplo de las lenguas regionales).
¿Es de verdad tan difícil comprender, señores políticos, que mientras ustedes juegan con los bilingüismos y trilingüismos, los estudiantes no llegan ni siquiera a manejar uno de esos idiomas a un nivel decente?
¿Tan incomprensible admitir que la mayoría de los profesores no tiene tampoco el conocimiento de una segunda lengua suficientemente asentado como para enseñar en un idioma que no es el suyo? Sin que ésto constituya menoscabo para los docentes, que no hay que olvidar que los que hoy nos representan, tampoco son capaces de expresarse en otro idioma. Aunque algunos prueban, bien nos consta, como la señora Ana Botella, a la sazón alcaldesa a la que nadie votó, y su relaxing cup of café con leche nos han dejado claro.
Pero, sí, volvamos al artículo y a la coautora del informe PIAAC a la que allí se hace referencia y cantemos y bailemos porque los franceses no nos sacan tanto y porque los italianos están peor que nosotros... ¡y añadamos al final con regocijo que ya sabíamos que estos resultados iban a ser así de malos porque nos comparábamos con los países nórdicos, los Estados Unidos y los asiáticos! Va a ser como en las fases de clasificación de los mundiales de fútbol aquellos cuando España siempre perdía, que es que nos tocaba el grupo difícil... la próxima a ver si nos incluimos en África y con un poco de suerte, estaremos en la media.
Termino ya, pero echando un vistazo al texto del diario... ¿Alguien más ha notado que la ya mencionada señorita, pasa de ser Dña. Marta Encinas-Martin a ser Dña. Marta Martin-Encinas?
Ésto me hace preguntarme en cual de los porcentajes se ubicaría el propio autor del texto.
Podéis leer el artículo siguiendo este link:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-10-08/solo-uno-de-cada-tres-espanoles-sabe-leer-un-texto-largo-o-comparar-ofertas_38387/
¡Gracias por leer hasta aquí!
¡Abrazos!

lunes, 23 de septiembre de 2013

Chopin, más grande que el Sol

Han pasado ya años, unos nueve aproximadamente, desde que pisé el parque Lazienki de Varsovia por última vez... cuando aterrizamos en Polonia en el verano del 2004 Para una corta estancia que ninguno de nosotros olvidaría y que, quiero creer, constituyó un inicio en el viaje que, a lo largo de los años me ha traído a vivir estos tres últimos en La capital polaca. Ya entonces me contaron que, los domingos estivales, se organizaban conciertos de piano a las doce del mediodía y a las cuatro de la tarde ante el monumento a Chopin, para que la gente pudiera escuchar sus obras. Nueve años después, tuve la oportunidad y el placer de asistir a uno de ellos.
Domingo, 8 de septiembre de 2013:
Las previsiones meteorológicas anunciaban lluvia, pero fue muy de agradecer que, como a menudo, no acertaran y un tibio sol de finales de verano se asomó para disfrutar con nosotros del concierto. Ante el monumento a Chopin, los bancos abarrotados de gente (menos mal que llegamos con tiempo para encontrar sitio), se realizaron los anuncios pertinentes. Aquel día, tocaba ante nosotros Michal Drewnoski, hijo del famoso pianista polaco Marek Drewnoski, profesor en la academia de música de Lódz, etc, etc... Aplaudimos todos... y se desató el concierto.
La primera pieza me resultó introductoria, la habilidad del pianista era innegable y fueron aquellos momentos en los que uno busca acomodarse en su sitio y sumirse en la música que empieza a rodearle... pero fue la segunda, uno de los nocturnos de Chopin, la que realizó el hechizo. Quizá fuera la mezcla de cosas, la brisa suave que corría entre los bancos, el olor a verde, el silencio contenido de la gente que escuchaba... pero por un momento, el ruido de las calles cercanas se apagó por completo, el sol, sin dejar de estar presente, desapareció. Dejó de sentirse. La propia oscuridad de la música, las notas nocturnas y umbrías, llovieron y cubrieron todo el lugar con el sabor y el color de la noche...
(Podéis escuchar uno de los nocturnos aquí, si no os hacéis la idea):
http://www.youtube.com/watch?v=MPvS0g2papI
Y así como llegó, pasó. Terminó el nocturno, volvió el sol, la música volvió a hacerse más luminosa en las siguientes piezas y cuando nos levantamos de los bancos, volvía a ser un domingo de septiembre a la hora de la siesta.
Dejamos el parque sobre las 17:00, entre aromas de gofres y dulces tentaciones varias, y cerramos una genial jornada de domingo en un Pizza Hut con las cervezuelas de rigor... Y volvimos el domingo siguiente!
Esta vez para celebrar el cumpleaños de Ugne. De nuevo se auguraba lluvia, pero Chopin se impuso y el tiempo perdonó. Vuelta a los bancos llenos de Park Lazienki, incluida una señora extraña que se sentó al lado de Wojtek y ya les había mandado callar diez minutos antes de que el concierto empezara... Esta vez no hubo nocturnos mágicos, pero yo estaba preparado y grabé unos cuantos fragmentos del concierto para daros una idea...:
(Este creo que era un Preludio...)
http://audioboo.fm/boos/1603597-concierto-de-chopin-en-varsovia-ii
(Y este segundo un waltz)
http://audioboo.fm/boos/1603599-concierto-de-chopin-iii-waltz
Por cierto que todavía no entiendo por qué los compositores no se molestan nunca en ponerles nombres a sus obras. Aquí estamos los contemporáneos, escuchando lo que ellos inventaron, obras magistrales que probablemente expresaban algo, pero que no llevan más que números y tonalidades por nombre... ¡Muchachos, que hay que cuidar las presentaciones! Se nota que lo del marketing no estaba de moda por entonces.
Siendo un cumpleaños, continuamos el día viajando al Stare Miasto (casco viejo), para tomar una "Sigmuntówka", típico dulce varsoviano y unas horas despues, cenamos en Babooshka, restaurante ruso que se ha convertido en uno de nuestros clásicos para este tipo de eventos.

Sea como fuere y aunque todavía debo escribir acerca de tantos viajes y anécdotas que se me van acumulando, no quería dejar pasar estos dos geniales domingos de verano en los que Chopin ocultó el sol con un nocturno y contuvo a la lluvia para dejarnos disfrutar de su genio.
Gracias a los que estuvieron y a los que habéis leído hasta aquí.
Un abrazo!